Milena Alvarado tiene 24 años y es estudiante egresada de la carrera de sociología de la Universidad de Cuenca. Actualmente se encuentra realizando su tesis y trabaja a medio tiempo en el Departamento Interdisciplinario de Espacio y Población de su universidad.
La Colectiva Willkakuna (nietas) nació en noviembre de 2020 como una iniciativa surgida de un grupo de amigas que percibieron la necesidad de contención por el elevado índice de violencia en mujeres y niñas durante la pandemia de COVID-19. Generaron grupos y ofrecieron apoyo en ese momento desesperanzador. Fue así como empezaron a explorar el tema de derechos sexuales y reproductivos. Con el tiempo, empezaron a trabajar con SENDAS y otras instituciones. Lo que en un principio fue una red de apoyo se transformó en una lucha sólida.
“El proyecto con SENDAS surgió porque le propusimos un proyecto sobre prevención de la violencia cibernética. Cuando estábamos estudiando hicimos una etnografía sobre el sexting y recibimos muchas respuestas acerca de este tema, lo que hicimos fue enfocarnos en que la gente aprenda a reconocer lo que es violencia cibernética y cómo operan los chantajes y manipulación que hay detrás de una foto íntima y cual es el protocolo a seguir cuando una es víctima de violencia cibernética”.
Actualmente Willkakuna está transformándose, en sus inicios, sus integrantes podían dedicarle mucho tiempo encabezando acciones y colaborando con grupos por la flexibilidad de sus horarios universitarios pero ahora sus horarios han cambiado y es más difícil poner el cuerpo en espacios físicos.
“Nos seguimos articulando en campañas de prevención del embarazo en el ámbito educomunicacional y virtual, desde ahí hemos logrado sostener la organización colectiva”.
En total, son ocho mujeres que tienen una relación horizontal en La Colectiva y que rotan sus responsabilidades, en 2023 hicieron un llamamiento a más mujeres para que apoyen y colaboren con acciones específicas en Willkakuna.
Cuando empezaron no tenían experiencia, solo sus conocimientos de derechos sexuales y reproductivos, así que invirtieron en capacitaciones, combinado sus aprendizajes en sociología.
“Empezamos a levantar información mediante espacios participativos con chicos y chicas, comenzamos a buscar grupos y generar el contenido de boletines acerca de dudas o mitos que han tenido sobre sexualidad”.
En sus talleres plantearon diferentes estrategias dependiendo del grupo etario al que se dirigían para construir conversaciones horizontales. Tocaron temas como autoconocimiento y auto placer, informaron sobre donde pueden atender sus derechos sexuales y reproductivos, sobre métodos anticonceptivos , embarazo adolescente y todo lo que tiene que ver con violencia y prevención de las violencias en las relaciones.
Trabajaron en una campaña de prevención del embarazo adolescente que se coordina desde el GAD municipal y se desarrolla con la colaboración de SENDAS con grupos variados de chicos y chicas en colegios y escuelas del casco urbano. En 2022 trabajaron en las parroquias de Cumbre y Llacao a la par de continuar los talleres con chicos de la ciudad. También trabajaron con La Casa de la Juventud desde Aldeas Infantiles. Al final de la campaña, trabajaron con chicos y chicas en situación de movilidad. De 2020 a 2023 atendieron a 120 niños y adolescentes entre 13 y 21 años .
“Aunque la estrategia fue dirigida por nosotras, logramos atender a los jóvenes a través del municipio y con la validación de SENDAS”.
La información sobre derechos sexuales y reproductivos está disponible en su página de Instagram, Milena considera que las páginas web como sexualidadsinmisterios.org no reciben tantas visitas y es más sencillo que los jóvenes revisen cápsulas de información colgada en redes sociales. Con el resto de personas su estrategia ha sido estar presentes en las diferentes convocatorias feministas. (Consultar archivo)
“A través de eso nos hacemos visibles para compañeras que trabajan con otros grupos y colectivas e instituciones. Generamos relaciones más sólidas para llegar a más gente”.
Aunque el tema de la interrupción voluntaria del embarazo está dentro de los derechos sexuales y reproductivos, es un tema que tratan con mucha delicadeza, para Milena es muy diferente lo que una personas aprende a cierta edad y lo que toca desaprender después cuando llega a otros espacios como colectivos y universidad.
“Cuando nosotras abordamos el derecho al aborto dentro de los talleres, era un tema de conflicto entre los estudiantes. La discusión no se orientaba a la interrupción voluntaria del embarazo sino a temas de cuándo empieza la vida. Entonces preferimos dirigir el discurso a la oportunidad de decidir y no al aborto como tal”.
Alvarado, reflexiona que hablar del aborto en la universidad o incluso en el núcleo familiar católico conlleva hablar de maternidad deseada.
“A mi madre no le hablaría del derecho al aborto sino de una maternidad deseada porque ella disfruta su maternidad y desde ese punto ella empatiza con que una mujer debe sentir felicidad con la maternidad”.
Las brechas de equidad de género impactan al desarrollo social de un país, ella analiza que las mujeres que más sufren de inequidad y desigualdad son las mujeres e infancias empobrecidas porque no tienen acceso a un sistema de salud público de calidad y por lo tanto sufren violencia gineco obstétrica.
“Es un problema de clase, cuando uno tiene cierta posición llega a satisfacer ciertas necesidades que otras no pueden, entonces pueden preocuparse por cuestiones como el reconocimiento o un sueldo justo, que también es una lucha legítima y relacionada al género, pero aunque este problema tiene la misma semilla de inequidad y desigualdad, no es la misma problemática que enfrenta una mujer que no puede acceder a atenciones obstétricas de calidad.
“Para mi siempre el foco está en atender estas necesidades insatisfechas porque son muchas y tienen que ver con nuestras cuestiones de necesidades materiales”.
En la pandemia pudo percibir casos de mujeres agredidas por sus parejas y que aguantan golpes y abusos porque no tenían los recursos suficientes para abandonar esa casa.
Milena piensa que desde cada miembro de la sociedad se puede aportar para los derechos sexuales y reproductivos.
“Reconocer que es mi derecho saber cuándo, cómo y con quién tener hijos ya es un derecho sexual y reproductivo, es importante la capacitación y a partir de eso ir hablando. Uno subestima mucho el poder de conversar con la gente sobre estos temas cuando en realidad se puede hacer mucho”.
Menciona la importancia de sumar gente que pueda sostener el discurso desde diferentes lugares y aristas y no imponer. La opinión de cada persona viene desde el sesgo de clase, la edad, la familia e incluso la carrera que escogen, pero conversar para que se generen dudas respecto al aborto y el derecho a la vida poniendo como eje si vivir se trata solo de nacer o si se trata de vivir dignamente es una parte importante para generar nuevas perspectivas.
Para Milena el puente Vivas Nos Queremos se abre con la intención de visibilizar, si se puede decir así, la violencia machista en su estado más puro.(Consultar Archivo)
“Los nombres de mujeres que están escritos en el puente no son víctimas de un solo tipo de violencia sino de muchos tipos hasta desencadenar en femicidio, a nosotras nos molesta las intervenciones públicas sin consultar porque al final el puente es un altar, un cementerio y si hay mujeres víctimas de femicidio ahí ¿por qué adornamos con paraguas, por qué la gente se toma fotos ahí?”.
Añade que ya no tienen que visibilizar el problema del machismo porque la gente ve violencia todos los días y no se inmuta. Lo que les interesa ahora es que esas personas, desde sus propios medios, entiendan que es un tipo de violencia muy particular y eso lo hacen desde las distintas iniciativas en el espacio público, causando ruido, incomodidad y quemando cosas, para que sepan que están locas por una razón”.
Milena ya no está entristecida sino llena de rabia, sabe que el espacio publico es de toda la ciudadanía pero que ahora es un punto que se asocia directamente con la lucha feminista, es un espacio de luto que sirve para contener, abrazar y llorar y que antes no tenían, por eso es tan valioso.
“He aprendido que las personas que no quieren entender algo, no se van a impresionar por más que nosotras nos tiremos sangre encima y hagamos una mega performance en el puente. No vamos a causar impacto en quien no se inmuta con la violencia y para mi no tiene mucho sentido ser contestataria con las críticas, sino más bien seguir en lo nuestro y que no nos encuentren desorganizadas. No nos importa que entiendan o no, estamos ahí porque tenemos nuestras razones”.
Milena apoya la idea de compartir información con sectores no feministas pero nunca con sectores antifeministas porque son cuestiones distintas. Un sector No Feminista no ha tenido un acercamiento al feminismo ni a lo que significa.
“No todas vamos a leer lo mismo, no todas hemos ido a la U, es dialogar con los sectores no feministas para desde ahí construir conocimiento. Pero con sectores anti feministas que manejan discursos de retroceso de derechos no funciona la estrategia de intentar hablar y discutir, importa más sostener el trabajo y no ser contestatarias, lo que quiere ese sector es pelear “
A ella le interesa seguir sosteniendo su colectiva, sus procesos y la lucha feminista, quiere sentirse segura con sus compañeras y que las personas sigan pensando lo que quieran sobre ellas pero en otro lugar, sin interrumpirlas ni violentarlas.